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¿Qué es el pasaporte sanitario/serológico/inmunitario?

El pasaporte sanitario, también conocido como pasaporte serológico o pasaporte inmunitario es una propuesta de la Organización Mundial del Turismo para facilitar el movimiento seguro de viajeros.

Consistiría en una especie de certificado que acreditaría que el viajero tiene inmunidad frente al Covid-19 y que por tanto se le permite viajar a otros lugares.

En un país como España, donde el turismo supone un 12% del PIB del país y un 13% de las ofertas de trabajo, es acuciante la necesidad de establecer algún tipo de mecanismo que reactive la oferta.


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¿Sería legal en España el pasaporte sanitario?

Su encaje sería en principio algo complejo, ya que entraría en colisión con el derecho a la intimidad y el derecho a la libre circulación.  Según el artículo 19 de la Constitución Española:

«la libre circulación sólo podrá ser suspendida con motivo de la declaración de cualquiera del estado de excepción o sitio, siempre que así se establezca expresamente en la autorización correspondiente, y podrá limitarse su ejercicio en caso de declaración de estado de alarma, de acuerdo con las características y motivos que provocaran la declaración de este estado excepcional. »

Esto dejaría fuera un escenario en el que el estado de alarma haya sido desactivado y en cual  se pretende volver a una cierta normalidad. Pero hay algo más que podría justificar la restricción a los viajeros no inmunes:

«Al margen de esto podrá limitarse o restringirse por circunstancias de carácter excepcional, ya sean naturales (p.ej., el cierre de una carretera a causa de unas inundaciones) o de otro carácter…»

¿Y qué hay de la intimidad del paciente?

Aparte de la referencia genérica al derecho a la intimidad reflejado en la Constitución,  la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica indica en su artículo 7 que:

«Toda persona tiene derecho a que se respete el carácter confidencial de los datos referentes a su salud, y a que nadie pueda acceder a ellos sin previa autorización amparada por la Ley»

En el artículo 16 de esta misma ley se establece que será posible acceder al historial clínico «cuando ello sea necesario para la prevención de un riesgo o peligro grave para la salud de la población, las Administraciones sanitarias a las que se refiere la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública, podrán acceder a los datos identificativos de los pacientes por razones epidemiológicas o de protección de la salud pública.»

Pasaporte inmunitario

Captura de la app Open corona

Pero no de cualquier modo ni por cualquier profesional, cuerpo o institución, ya que «El acceso habrá de realizarse, en todo caso, por un profesional sanitario sujeto al secreto profesional o por otra persona sujeta, asimismo, a una obligación equivalente de secreto, previa motivación por parte de la Administración que solicitase el acceso a los datos.

Pero es el artículo 6 de esta misma ley titulado «Derecho a la información epidemiológica» el que parece aclararlo todo:

«Los ciudadanos tienen derecho a conocer los problemas sanitarios de la colectividad cuando impliquen un riesgo para la salud pública o para su salud individual, y el derecho a que esta información se difunda en términos verdaderos, comprensibles y adecuados para la protección de la salud, de acuerdo con lo establecido por la Ley.»

No se trataría pues de que los distintos agentes implicados en la industria turística tuvieran la potestad para realizar pruebas rápidas de inmunidad a los viajeros ni en origen ni en destino (algo que igualmente no les está permitido). El propósito sería que estos datos fueran de libre consulta por parte de organismos autorizados.

¿Cómo se implementaría?

En otros países como Corea, el uso de códigos QR dinámicos unidos a información actualizada les permite saber qué personas pueden desplazarse sin poner en posible riesgo al resto.

El funcionamiento sería similar al siguiente: El usuario descarga una app que cuenta con base de datos encriptada. Dicha app estaría conectada con los sistemas informáticos de salud pública o privada. Desde su interfaz se podrá mostrar un código QR que sería leído por los agentes de control de fronteras en los aeropuertos. El lector mostraría un código de color correspondiente al estado de salud del ciudadano.

En España ya existen apps como Open Coronavirus, de código abierto (todo el que lo desee puede colaborar al proyecto),  inspiradas en las pioneras aplicaciones de algunos países asiáticos.

pasaporte sanitario

Proyecto Open Cornavirus

 

Una medida adicional de seguridad sería colocar cámaras que detectarían la temperatura de los pasajeros, sirviendo de doble confirmación.

También se ha hablado de otros artilugios en apariencia más simples, como podrían ser unas pulseras que guarden esta información en un chip NFC (los mismos que integran la mayoría de móviles de última generación y que permiten por ejemplo los pagos sin contacto).

Sea cual sea el método finalmente seleccionado, se espera que se llegue a un consenso que permita la movilidad nacional e internacional y aliviar así al sector turístico.

¿Sería el pasaporte inmunitario preciso y fiable?

La certeza en la inmunidad y su duración son uno de los principales escollos a la hora de la posible implementación del pasaporte inmunitario.

Es un hecho que un posible viajero que haya superado el Coronavirus Covid-19 tendrá anticuerpos que pueden ser detectados mediante una prueba. Lo que aún no está del todo claro por cuánto tiempo.

También hay otro aspecto a tener en cuenta, y este es el tipo de test. Si se pretende que el pasaporte sanitario sea una garantía, el tipo de test debe ser el llamado IgC, que miden los anticuerpos tipo ‘G’. La razón es bien sencilla, este tipo de anticuerpos son los desarrollados después de haber vencido por completo a la enfermedad. Por su parte los ‘M’ de los test IgM son los que desarrolla el cuerpo durante su lucha contra el Covid-19. Por tanto solo contar con anticuerpos ‘G’ nos da la certeza de que no existe carga vírica que pueda contagiar a otras personas.

¿Qué alternativas se proponen?

No hay muchas alternativas sobre la mesa a día de hoy. Si no se acuerda la creación de un pasaporte sanitario que permita a los viajeros alojarse de manera segura en los establecimientos turísticos, será difícil la reactivación del sector.

Todo el peso lo tendrán las medidas de distanciamiento social. Los viajeros deberán mantener 2 metros de separación con otras personas durante su estancia en el aeropuerto, usar mascarilla, gel desinfectante, etc. El turismo nacional puede hacer uso con mayor facilidad de medios de transporte individual (o en pequeños grupos) como el automóvil. Los espacios cerrados y sin posibilidad de ventilación seguirían siendo un reto.

El control en los aeropuertos se limitaría a la toma de temperatura. Con este único dato, sería imposible detectar a los pasajeros que no presentan síntomas pese a estar contagiados. Serán las autoridades las que determinen si esto es suficiente para que los vuelos internacionales vuelvan a operar y el pasaporte sanitario queda aparcado.

¿Cómo afectaría a las viviendas turísticas?

Si llega a implementarse el pasaporte sanitario y es de obligado requerimiento para poder viajar, también parece comprensible que lo fuese para alojarse.  A cualquier turista con vuelo internacional se le supondría su idoneidad para alojarse tanto en un hotel como en una vivienda turística.

En el caso del turismo nacional, previsiblemente el primero en resurgir, el punto de control debería trasladarse de algún modo a las plataformas. Éstas podrían realizar el filtrado de viajeros según su ‘estatus inmunitario’. Si bien, los anfitriones ya son responsables por ejemplo de solicitar a sus huéspedes sus datos personales y comunicarlos a los cuerpos policiales. Por lo tanto, cabría la posibilidad de que la comprobación se realizase en este contexto.

La ventaja de las viviendas turísticas con respecto a otro tipo de alojamientos con mayor densidad de personas como los hoteles es notable. Al carecer de zonas comunes con alto tránsito, la posibilidad de contagio es mínima. Sobre todo si se garantiza una correcta e intensiva limpieza con lejía y ozono y se limita el contacto durante el check-in.

Todas las medidas que se tomen deberán contar idealmente con el mayor grado de aprobación ciudadana posible. La necesidad humana de compartir y explorar sigue intacta. Tan solo a la espera  de que se garantice que se podrá seguir viajando de manera completamente segura.

Estamos convencidos de que será así.  Mientras, seguimos buscando viviendas únicas para que obtengas por ella el máximo rendimiento con la mayor tranquilidad ¿Es tu caso? Contacta con nosotros aquí. 

 

 

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